El valor de quedar segundo

El valor de quedar segundo

¿Del segundo no se acuerda nadie?

¿Del segundo no se acuerda nadie? ¿El segundo es el primero de los perdedores?

Estas son las preguntas que muchas veces surgen cuando nos enfrentamos a una competición, ya sea en el deporte, los negocios o la vida misma. Sin embargo, ¿es realmente justo reducir al segundo puesto a la etiqueta de «fracaso»? En un mundo que suele celebrar al primero sin matices, es crucial recordar que el valor del segundo lugar trasciende más allá de la simple comparación con el primero. Ser el segundo no es ser un perdedor, sino un subcampeón que ha demostrado esfuerzo, perseverancia y un nivel de excelencia que merece reconocimiento. Este artículo pretende desmontar la visión limitada de que solo el primero importa, y reivindicar el valor intrínseco de aquellos que, con mérito y sacrificio, se quedan a las puertas del oro.

El mérito de ser subcampeón

En primer lugar, las reglas de la competición -la empresa no es una excepción- implican que unos ganan y otros pierden. Pero la pérdida, señores, es un valor muy relativo. No es lo mismo perder dinero que perder credibilidad o reputación, o perder la posición en un ranking. Las interpretaciones de la pérdida y sus consecuencias en cada uno de los casos son diferentes.

La prensa en general (sobre todo la deportiva) ha servido de plataforma para sostener que ser el segundo es perder y… ¡ya no hay nada más! Y que conste que no estoy matando al mensajero. Sin embargo, el mal llamado cuarto poder debería medir y mejorar mucho más lo que hace con el mensaje. Me da la sensación de que, en casi todos los ámbitos, estamos perdiendo calidad en la forma de comunicar. No creo que el periodismo deba convertirse en un altavoz de las frustraciones comunes. En el caso de una competición, es justo felicitar al primero, pero no desacreditar al segundo. Ambos han llegado a la instancia final tras un proceso de esfuerzo y mérito. Mientras ellos compiten, el resto solo observa.

No me parece lógico devaluar el segundo puesto como se está haciendo, entre otras razones porque el primero solo puede ser uno, pero el que pierde lo hace en el hecho puntual de esa acción de enfrentamiento concreta. En general, después del segundo vienen muchos otros. Como siempre hay que hacer, para determinar si el segundo es importante, es fundamental situarlo en el contexto del volumen: no es lo mismo ser el segundo de 2 que de 50. El primero es el primero, el segundo es un subcampeón de lo que sea. Así que reivindico desde ahora que ser el segundo tiene valor y no como parece ahora, que el valor solo está en ser el primero. Aprendamos de las Olimpiadas, ejemplo de equilibrio; en este evento, al menos quedar entre los tres primeros es para medalla y hasta un número lógico (volumen) obtiene diploma, ¿por qué? Porque lo han hecho bien y porque primero no puede haber más que uno.

¿Porqué se debe de valorar más?

  • Evalor está en haber llegado allí; para ello seguramente se han hecho muchas cosas bien.

  • El valor también está en haber quedado segundo, es posible que el primero sea mejor, o más grande o que esté mejor preparado, por lo tanto, todavía tenemos mucho que aprender de lo que se debe hacer para ser el primero. Hagamos siempre «Benchmarking».

  • El valor también está en ser el segundo porque detrás de nosotros hay una infinidad de terceros, cuartos, quintos, sextos, etc.

  • Ser segundo no es una deshonra ni siquiera significa ser un fracaso, es ser subcampeón de lo que sea. ¡Casi nada!

Conclusiones

Me temo que se confunde ser el segundo con ser el último y estoy convencido de que el descrédito de ser el segundo lo está forjando la mediocridad normalizada instalada en su tribuna de observación crítica. Esta representa la frustración profesional o personal de los visionarios que no ven más allá de las cosas, voceros de las noticias con las que conviven de forma distorsionada y, por lo tanto, tratan de instalar de manera permanente esa frustración suya en los otros (en los segundos de donde sea).

 

Luis Sequí González

Mentor empresarial. Experto consultor de costes y financiero, formador y Presidente en Entorno Empresarial

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