Cuando una pequeña empresa se queda en pequeña. Las claves del estancamiento.

Contexto

En España, el cierre de empresas ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos años. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 se registraron 26,207 cierres, la cifra más alta desde 1995, lo que representa un aumento del 10% en comparación con el año anterior. Además, en 2024, el cierre masivo de pequeñas y medianas empresas (pymes) ha continuado, afectando gravemente la creación de empleo y el crecimiento económico. En general, se estima que más de 30,000 empresas cierran anualmente en el país, especialmente durante crisis económicas. 

 

¿Por que sucede esto?

Existen múltiples razones para ello, pero en mi opinión destacaría algunas cuya recurrencia es bastante notable y perjudicial para el propósito estratégico de una empresa pequeña. 

Durante el tránsito, se mantiene las formas de gestionar la empresa de un gerente y no se adquiere una forma de dirigir de una dirección general, lo cual es imprescindible para cambiar de tamaño. 

Habitualmente se mantiene la misma gestión de la pyme muy centrada en las operaciones cuando la empresa debe de centrarse en una estrategia para dar el paso a mediana empresa. 

Se mantiene una cultura de gestión centrada en las ventas y no se orientan en comprender el mercado que ha ido cambiando y más que lo va a hacer en el futuro. 

Se pretende -para el transito- seguir con el mismo equipo de empleados fieles, que en su gran mayoría no están preparados para el cambio, pero no se contratan directivos que estén preparados para el crecimiento. 

En las empresas familiares se mantiene la línea continuista del fundador a pesar de que las reglas de juego en prácticamente todos los ámbitos han cambiado. 

Hay un área, la de propiedad/dirección, que se acerca mucho a actuar como una dictadura, -muy típico en la micropymes- y no buscando el consenso en equipo entorno a un liderazgo eficaz que les permita llegar a un objetivo. 

La confusión entre la propiedad y la dirección profesional invita a tomar decisiones de inversión más basada en egos y emociones que en las decisiones que ayuden a lograr los objetivos empresariales. 

Es típico confundir en los empleados su capacidad de trabajo operativo, pensando que será suficiente para adaptarse a una gestión de una mediana empresa en las que las estrategias son claves.  

Y no hay que resistirse a entender que éxitos pasados no aseguran éxitos futuros. 

 

Conclusiones

El paso de pequeña a mediana empresa exige preparación y una gestión profesionalizada. Muchas pymes no crecen porque siguen operando con modelos que ya no responden al entorno actual. Sin adaptación, sin estrategia y sin liderazgo adecuado, el riesgo de cierre se multiplica. En un mercado tan exigente, crecer no es una opción, es una necesidad para seguir existiendo.

Todo lo expuesto lo podría desarrollar en una ampliación todavía mayor de las líneas expuestas en este post, pero en mi opinión están las que se detectan en una gran mayoría de pequeñas empresas. En mi opinión todo lo expuesto es suficiente, para que cualquier propietario/gerente de una micro pequeña empresa comprenda que para que mañana siga existiendo como empresa es imprescindible “crecer” y esto no es algo caprichoso, las reglas para cerrar o seguir las marca el mercado y la competencia y para lograrlo es imprescindible mirar en entorno local e internacional de una manera diferente a como la ha venido haciendo habitualmente.

Luis Sequí González

Mentor empresarial. Experto consultor de costes y financiero, formador y Presidente en Entorno Empresarial

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